Por Melanie L. Báez Salinas.
Cuando nos encontramos en el vientre de nuestra madre, nos sentimos en el lugar más seguro que puede existir, es un lugar calientito, cómodo, cubriendo todas las necesidades que tenemos, como alimento y refugio, siendo esta nuestra cuna personalizada.
En el momento en el que nacemos, llegamos a un mundo lleno de luces, de ruido, de frío, de incomodidades a las que no estamos acostumbrados, por lo que los padres se dedican a brindarnos toda la comodidad para poder poder adaptarnos a este planeta tierra.
Después de estar 40 semanas dentro de nuestra madre, lo único que buscamos es tener ese calor y esa comodidad, nuestra madre es el vínculo para podernos sentir seguros. Pero ¿Qué pasa cuando la madre no está con el bebé todas las horas de cada día?
Cuando descubrí el Bïni , esta hamaca mecedora, me di cuenta que era justo lo que el bebé necesita para regresar a ese ambiente de comodidad, donde el bebé puede descansar, donde no pasa frio y siente el amor que la madre le proporciona.
El Bïni, toma la postura similar a los brazos de una madre, por lo que es una representación física, realizada con materiales agradables, de lo que es el vientre materno; el bebé se sentirá siempre cómodo, en paz,lleno de amor, calientito y seguro, de esta manera su adaptación a esta tierra será mucho más sencilla gracias a todo lo que proporciona esta hermosa mecedora Bïni. Al igual que nuestro bebé, como madre necesitamos descanso para poder estar alerta y con la energía suficiente para cuidar de nuestro pequeño/pequeña, por lo que Bïni, no es sólo una hamaca, son los brazos de mamá para el bebé mientras ella descansa.
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