¿En qué piensas justo antes de dormir? En los pendientes del día siguiente, revives algunos momentos del día, le das vueltas a un problema que termina robándote el sueño o dándote pesadillas… ¿sí? Esto último sucede porque en lo que pensamos justo antes de dormir determina nuestra vibración al soñar y despertar.
Es vital mantenernos en positivo y guiar a nuestros hijos en este buen hábito, para lo que la gratitud es un maravilloso aliado. Además, si notas que tus hijos tienen pesadillas quiero motivarte a aplicar lo que vas a leer diciéndote que te aseguro notarás grandes cambios en ti y tus hijos si se van a la cama vibrando en actitud de gratitud.
Quiero compartirte cómo ha evolucionado este hábito en nuestra familia, deseando te inspire a seguir mi Rutina de Sueño con Gratitud o a crear la tuya. Al principio, mi hija se arrullaba con mi repaso de las maravillas del día. Esta canción de gratitud iba algo así:
Estoy aquí para agradecer las maravillas del día. Gracias por mi familia (mencionaba a cada persona en un mismo orden). Gracias por la leche que tomé y me está ayudando a crecer. Gracias por la mariposa que visitó nuestro jardín. Gracias por el calor del sol. Gracias por la ayuda que recibimos. Gracias por todo lo que me hizo sonreír durante el día. Gracias por que hoy aprendí que el sonido de la licuadora no es el rugido de un monstruo enojado. Gracias por el amor que recibo y el que doy… Buenas noches, hoy brillaré con luz de gratitud en mis dulces sueños.
Tiempo después, mi hija reconoció que agradecer era la última actividad del día y creó resistencia al hábito con la idea que así no tendría que dormir. Entonces, amplié la rutina para ir agradeciendo mucho antes de llegar a la cama. Estos son nuestros pasos y lo que agradecemos.
- Al cenar, damos gracias por los alimentos.
- Al bañarse, damos gracias al cuerpo.
- Al vestirnos, damos gracias por un momento lindo en el día.
- Al lavarnos los dientes, damos gracias por todo lo que nos hizo sonreír.
- Al leer un cuento, damos gracias por lo que aprendimos y disfrutamos de la historia.
Esta rutina nos ayuda a cerrar el día en la mejor de las energías, a poner atención en lo que merece la pena observar y a valorar las bendiciones en nuestra vida. Hoy, mi hija a sus cuatro años y medio no necesita que su Mamá-Espiritual le recuerde dar las gracias, es más muchas noches de días agotadores es ella quien me dice: “mamá, vamos a dar gracias” y yo vibro en total alegría con sólo escuchar esa frase.
¿Te animas a arrullar con gratitud a tus hijos? Te llevarás la mejor de las sorpresas. Gracias infinitas por leer estas palabras que te escribo con mucho amor y con la ilusión de saber que cada día son más los niños vibrando en gratitud.
Un abrazo, Rebeca.
Little Shoshin.
Autora: Rebeca Azarcoya, creadora de Little Shoshin
@littleshoshin